Urgente, diálogo educativo/Horacio Erik Avilés Martínez

Al mediodía de ayer, más de un centenar de integrantes de la CNTE realizaron un mitin en las instalaciones de Mexicanos Primero,  en el marco de su denominada “jornada de lucha”, programada año tras año sin otro objetivo que arrancar más recursos  al gobierno mexicano, y que se intensifica una vez agotada la negociación de incremento salarial que cada mes de mayo se realiza entre la SEP y el SNTE.  En tal actividad gritaron consignas y mostraron pancartas ofensivas hacia la organización de la sociedad civil, sin que hubiera motivo ni provocación de por medio. El rechazo de la CNTE a los firmes propósitos de la ciudadanía organizada en torno a cumplir y hacer cumplir la ley en materia educativa en la nación, privilegiando el derecho a aprender de los niños y jóvenes mexicanos está basado fundamentalmente en que lograr tan alto objetivo genera afectación a intereses alejados del desarrollo educativo nacional.

Los militantes de la CNTE que acudieron al Distrito Federal en horario laboral en su mayoría provinieron de Michoacán, entidad federativa que les paga su salario puntualmente sin importar que tal abuso transgreda flagrantemente lo que mandata la normatividad.  Incongruentemente,  una entidad sumida en los últimos lugares en indicadores educativos muestra los excesos que se cometen al solapar aviadores y comisionados sindicales que ni siquiera son registrados como tales, ya que se dedican de tiempo completo a promover fines aviesos,  con cargo a nuestros impuestos.

Es de subrayarse que acosar a una organización de la sociedad civil, a sus integrantes y simpatizantes es un acto enormemente alejado de la supuesta democracia que dicen enarbolar y proyecta un talante porril, intolerante e incapaz de sostener un debate civilizado. La violencia es la táctica por excelencia de la sinrazón, no siendo la primera ocasión que se ejecutan este tipo de actos por parte de la CNTE, ni a nivel nacional ni en Michoacán, donde hay una serie de sucesos que son del dominio público. A la par, una campaña de odio se ha emprendido por parte de la CNTE hacia Mexicanos Primero y sus integrantes,  hechos que no pueden pasar desapercibidos ante la opinión pública y dimensionan la posible la escalada de violencia de parte de la CNTE ante quienes se interponen en su camino hacia la obtención de recursos.

Es innegable que la pugna por más recursos por parte de la CNTE seguirá. Asimismo, la búsqueda de una educación de calidad por parte de Mexicanos Primero, también. Lo mejor es lograr espacios de diálogo y debate público y respetuoso, respetando el derecho a disentir.

Y por supuesto, la autoridad establecida no puede lavarse las manos ante actos de provocación,  tiene que llamar al orden y a la concordia, garantizando las condiciones de seguridad mínima para todos, evitando que se pongan en peligro la integridad física de los ciudadanos, teniendo en todo momento presente el hecho de que la ley no se negocia, se cumple y se hace cumplir en todos los ámbitos.

Lo que es impostergable es que por parte de todos los actores educativos se entable un debate franco y honesto de cara a la sociedad, ya que recordamos que en múltiples ocasiones la CNTE en Michoacán ha rehuido entablar interlocución pública con Mexicanos Primero, faltando en decenas de ocasiones a las citas establecidas en la radio y televisión,  con ello cerrando la comunicación. Al respecto, decía con mucha precisión Jean Paul Sartre, “desconfío de la incomunicabilidad; es la fuente de toda violencia” y este tipo de sucesos le conceden razón al autor de la frase célebre. Es deseable que en lo sucesivo se comuniquen con mayor asertividad y fluidez las cúpulas de la CNTE, sin miedo a que su discurso se exponga al escrutinio público, ya que en caso contrario, se evidenciará la falta de fundamento y motivación a un movimiento que se ha alargado por más de tres décadas en el país con cargo al erario.

E independientemente de que se dé el acto reflexivo al interior de la CNTE y repiensen sus tácticas de presión social y mecanismos de hacerse escuchar, la opinión pública sabe perfectamente quién está de parte de la aplicación de la ley y de defender el derecho a aprender de las nuevas generaciones, al igual que conoce quiénes son capaces de medrar del presupuesto destinado a educar a los niños de México durante años.

Y no lo olvidemos: el modus operandi de la CNTE es un reflejo fiel de la derrota de nuestro sistema educativo, por lo que es preciso que impostergablemente se reconcilie y se ordene la educación estatal con apego a la normatividad y a los derechos individuales de todos los actores intervinientes.

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