Teléfono Rojo

La designación de Enrique Fernández Fassnacht abre preguntas, apuestas y dudas.

La primer pregunta:

-¿Por qué lo envían como director general del Instituto Politécnico Nacional (IPN) si ha estado ausente y su presencia en las primeras negociaciones generó rechazo estudiantil?

La apuesta principal:

-¿Llegará a tomar posesión?

Y una duda casual:

-¿Lo mandan para pulsar el ánimo del estudiantado?

El martes pasado publicábamos aquí la disposición del gobierno y de las autoridades educativas de sacrificar uno o dos hombres y nombres antes de dar con el director verdadero.

La pretensión era llegar a esta decisión una vez celebrados los acuerdos, con un personaje sin desgaste y capaz de reencauzar la vida académica del IPN.

Querían esperar hasta diciembre para iniciar en enero el nuevo semestre en mejores condiciones académicas e institucionales.

Sin embargo, la Asamblea Nacional Politécnica (AGP) exigió el nombramiento para comprometer el cumplimiento de todos los compromisos y se dio el paso.

Fernández Fassnacht no ha tenido buen recibimiento de inicio y las próximas pláticas de la comunidad con los representantes de la Secretaría de Educación Pública (SEP) determinarán si transita.

Por lo pronto, se promueven apuestas.

NO FALTA QUIEN LO VE COMO PROVACION

El miércoles, decíamos aquí ayer, se perfilaban dos prospectos:

-Arturo Salcido Beltrán y Raúl González Apaolaza.

Inclusive en el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, donde es segundo del director Manuel Angel Núñez Soto, antier  se daba por segura la salida de González Apaolaza.

Entre esos preparativos llegó el anuncio del subsecretario de Educación Superior, Fernando Serrano Migallón, y de César Becker.

¿Hubo apresuramiento?

No, aseguran en esferas oficiales.

Se envía a Enrique Fernández Fassnacht, un hombre cercano también al ex director Diódoro Guerra, por dos razones:

1.- No está inmerso en el conflicto del Politécnico y puede ayudar a desatascarlo.

Y 2.- tiene experiencia como rector de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y como secretario general de la Asociación de Universidades e Institutos de Educación Superior (ANUIES).

Sin embargo, desde antenoche comenzó un monitoreo específico para saber cómo reaccionan los estudiantes y las primeras críticas arrojan un dato interesante:

No falta quién ve su nombramiento como una provocación.

Sería peligroso.

Si hasta ahora el conflicto del IPN se ha mantenido más o menos bajo control, diríase pacífico, a nadie conviene una explosión cuando las pláticas marchaban bien.

Y peor sería si se suman a las protestas por el asesinato, secuestro y desaparición de normalistas en Iguala, donde gobernaba para el crimen el ex alcalde perredista José Luis Abarca.

EXODO DE CANDIDATOS DESDE DICIEMBRE

1.- El fin de año comenzará el éxodo de políticos y funcionarios públicos para competir por cargos de representación popular en las próximas elecciones.

La burocracia de posición esperará instrucciones del mando político porque el presidente Enrique Peña Nieto tendrá el control de los candidatos del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

No descarte cambios en el gabinete por esa causa.

Pero en los demás partidos no será así.

Ya el dirigente panista con licencia, Gustavo Madero, anda en campaña interna.

Otros dos panistas se irán una vez terminado el período de sesiones: el coordinador senatorial Jorge Luis Preciado competirá en Colima yCarlos Mendoza Davis por Baja California Sur.

Y 2.- donde el priísmo muestra fisuras es en Chihuahua.

Ayer renunció la diputada local y dirigente de la Organización de Mujeres Priístas, Teporaca Romero, quien acusa maltrato y misoginia del dirigente estatal del PRI, Alejandro Domínguez.

En mal momento, porque por ley la mitad de los candidatos deberán ser mujeres.

Tal vez el problema no termine ahí: la legisladora denuncia violación de sus derechos humanos y eso puede generar procesos legales en contra de Domínguez.