Nuevo reto para Morena

El movimiento que encabezan Andrés Manuel López Obrador y Martí Batres Guadarrama han sorteado ya los requisitos legales para que Morena se convierta en partido político, siendo prácticamente un hecho que veremos un nuevo logo en las boletas electorales en el 2015. 

Sondeos que se han venido difundiendo de manera discreta muestran que los obradoristas se convertirían en primera fuerza en el Distrito Federal y segunda en el Estado de México; para el caso de Guerrero, Morena es un serio prospecto para ganar la gubernatura, y en Michoacán, aunque en las encuestas levantadas al día de hoy no se ha medido al futuro partido político, se estima que su fortaleza estará en las zonas urbanas, principalmente en la clase media.

No debemos olvidar que en las pasadas elecciones locales y federales, Obrador obtuvo una votación mayor a la de los candidatos de izquierda a diputados federales y la presidencia municipal de Morelia, en el segundo caso, la diferencia fue de 50 mil votos algo similar ocurrió en las ciudades con mayor población en la entidad.

Morena dará sorpresas, López Obrador gusta de las campañas, sabe cómo hacerlas y sabe crecer, no olvidemos que en las elecciones federales pasadas, fue el único candidato que creció, los otros dos llegaron a perder hasta 12 puntos hacía el final de la campaña.

Ahora los obradoristas deberán salir avante de un nuevo reto, salir unidos, no caer en la denostación y el ataque interno, la ambición por las candidaturas puede sacar lo peor de las personas, se debe evitar caer en conductas destructoras que lo único que provoquen sea el debilitamiento del movimiento, así como la decepción de los militantes y la sociedad, que culmine en la perdida de la oportunidad para instalarse como una verdadera opción política de izquierda.

Para lograr la unidad, debe prevalecer la fraternidad y el respeto a las diferentes voces. Deberán juntos llevar los mejores hombres y mujeres como candidatos, comprometidos no consigo mismos, sino con la gente, se deben hacer a un lado las aspiraciones personales y la vanidad para reconocer a sus mejores opciones, liderazgos y cuadros en todo el Estado. La tentación de la diatriba no se puede hacer presente, quienes busquen el descredito de sus compañeros, traicionan al movimiento, traicionan a los principios que da origen a Morena, traicionan a López Obrador.

En el caso de las plurinominales, no son dificultad, la insaculación evitará cuotas de grupúsculos y garantiza la posibilidad de que cualquier militante pueda aspirar a esos cargos. De esa manera, el gran reto para Morena es salir unido, fuerte, no debilitado, no pueden robarle la esperanza a miles de personas que creen en el movimiento, la responsabilidad es grande, los mexicanos ya no merecen más de lo mismo, y es obligación de las dirigencias nacional, estatales y municipales evitar la división y el debilitamiento, finalmente ellos son los que están a prueba en esta primera elección.