Última llamada
¿Candidato ciudadano?
“Es muy difícil hacer compatibles la política y la moral”. Sir. Francis Bacon. (1561 – 1626). Filósofo y estadista británico.
El Comisionado Alfredo Castillo Cervantes sigue marcando la pauta en el ánimo de la clase política michoacana. Incluso en la renuncia de Alfonso Martínez Alcázar al PAN, los que se presumen enterados del teje y maneje político-electoral, aseguran que dicha acción está orquestada por el representante presidencial.
Con semejante versión se tejen escenarios donde Martínez Alcázar podría aparecer en las boletas electorales con las siglas del PRI o ya de menos del Verde Ecologista, en busca del ayuntamiento capitalino.
Mientras tanto, otras voces de presuntos enterados integrantes del tricolor, advierten que Alfredo Castillo ha perdido confianza de Peña Nieto, por lo menos en lo concerniente a los asuntos político-electorales, y por ello, aseguran, el interlocutor presidencial para dichas cuestiones es ahora Jesús Alcántara Núñez, actual director de la Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra y representante de la secretaría de Gobernación en Michoacán.
Cierto o no, semejantes declaraciones evidencian la inconformidad creciente en las filas tricolores por la intromisión del Estado de México en el posible palomeo de candidaturas michoacanas. Y sin embargo, las quejas apenas se quedan en murmullos ante el “respeto” que les inspira todavía el Comisionado para la Seguridad y el Desarrollo Integral de Michoacán.
Por lo pronto, Alfonso Martínez pese a su relación de amistad con Castillo Cervantes, tiene la oportunidad de tomar la decisión correcta en la evidente búsqueda de ser Presidente Municipal de Morelia.
Si quiere ser congruente y demostrarle a los morelianos que es una persona de convicciones y con un mínimo respeto a su marco deontológico, tendrá que realizar su lucha desde una candidatura ciudadana. Ganar le resultaría más difícil que hacerlo con algunas siglas partidistas; pero de optar por competir bajo la sombra del PRI, por ejemplo, confirmará que se trata de otro simple político convenenciero, que busca el poder por el poder, a cualquier precio y cobijado por el esquema maquiavélico que reza que “el fin justifica los medios”.
Evidentemente los morelianos han dejado claro que son ciudadanos pensantes; sus votos pueden ser de castigo, a favor del candidato que les genera confianza o ya de menos al que consideran el menos malo; pero está claro que lo que han dejado de hacer, es votar en bloque por todos los candidatos de un solo color partidista.
Esta madurez ciudadana de los capitalinos es la que le abre posibilidades a Alfonso Martínez, y claro, sin descuidar el trabajo de tierra que tendría que realizar, ante la ausencia de la estructura que podría ofrecerle un instituto político.
Mientras tanto y pese a todos los rumores, una buena parte de priistas debe estar frotándose las manos ante la debacle panista. Ignacio Alvarado Laris resultaría un competidor muy cómodo para un PRI que también ha perdido paulatinamente a sus posibles suspirantes.
Evidentemente ya no puede ser Ernesto Núñez, ni siquiera por el PVEM. Carlos Río también tiene obstáculos en su haber, como su paso por la Secretaría de Finanzas, donde cosechó sospechas de prácticas irregulares.
La baraja mantiene a Daniela de los Santos, a quien se le vincula en el círculo de consentidos de Alfredo Castillo, misma que se desmarcó de su padre político, Fausto Vallejo, en cuanto se percató de la debacle que venía.
Otra opción es Víctor Silva, en caso de que no alcance la postulación a la gubernatura, personaje que mantiene relaciones con la mayoría de las tribus tricolores.
El PRD en Morelia prácticamente no existe, así que su interés estará en buscar quién pueda arañar algunos votos para ayudarle a su candidato a la gubernatura.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.