La opción
Votar por quien de antemano sé que me va a robar, es idiota y parece suicidio…
La partidocracia (control de congresos y gobiernos por partidos políticos), nos tiene de rodillas: ¿Y si nos gobernamos sin partidos políticos?…
En mis diálogos con El Rufo, analizamos juntos la propuesta de autogobiernos, ya implementada en diferentes regiones del país, especialmente en Guerrero, ante la necesidad de romper con el círculo vicioso que nos deja dependientes en cuestiones políticas y económicas de los partidos, todos infiltrados por corruptos que en mayor o menor grado se dedican a lucrar con el dinero del pueblo, lo que les permite mantener como “príncipes” a personitas, en mi opinión de lo peor, como al cínico de Gustavo Madero, que sigue sin dar color, ni datos, ni nombres de sus correligionarios dedicados al robo mediante la socorrida practica del “moche”, eso sí, mientras se dedica a vociferar que hay que acabar con la corrupción,… lo que me recuerda al que después de robar se pone a gritar: ¡Al ladrón!, ¡al ladrón!, señalando para cualquier lado, buscando así distraer a quienes de verdad están buscando al ladrón ¿Y qué me dicen de la basura que dirige al partido del Presidente Peña Nieto?, no, no me refiero a Cesar Camacho, al que en mi opinión le quedaría bien el mote por proteger al “Lumpem” Cuauhtémoc Gutiérrez, el “Basuritas”, líder del tricolor en el D.F. exhibido por Carmen Aristegui por el socorrido juego de ofrecer trabajo en partidos y gobiernos a cambio de favores sexuales. Ni hablar, no hay manera de creer y menos de votar por un partido que desde la cúpula, prohija y defiende a lo peorcito de la basura nacional; muchos deben ser los intereses del Tricolor con los mafiosos que protege, que exonera y que defiende ¿Y la izquierda, Apá?, pa´ llorar; no hay manera de que Navarrete limpié el cochinero que el mismo, en alianza con los Chuchos construyó, al ceder candidaturas y defender desde la cúpula perredista a verdaderos capos como los Abarca, los godoyes y el exgobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, en mi opinión cómplice por acción y omisión, en el asesinato de los estudiantes de Ayotzinapa. De los Verdes, ya lo dije, con esos tramposos y llorones, ni a la esquina. Con la chiquillada, tampoco nada, no tengo duda, en mi opinión cada uno nació con un propósito particular ajeno al interés nacional y cada uno, en proporción, es un vividor del erario que busca el poder para su propio beneficio y el de sus candidatos y dirigentes, con decirles que hasta Héctor Suarez, que inició una campaña a favor de: “Encuentro Social”, ya mejor se deslindó.
El problema, estimado lector, es que los congresistas que deben favores y el “hueso” a sus dirigentes y a los partidos políticos, pues hacen leyes a modo para que estos mantengan sus privilegios y el control, así vemos que lumpem´s, como varios de los dirigentes de partidos políticos, tienen voz, voto y veto en asuntos nacionales, cuando por su propio puesto, solo deberían tener influencia con sus correligionarios. En otras palabras: ¿Qué tiene que opinar un Madero, un Navarrete, un Niño Verde, AMLO o un Cesar Camacho, de asuntos nacionales, cuando su chamba es la de dirigir un partido al que no pertenecemos millones de mexicanos? y peor aún, que tienen que suscribir “pactos” o acuerdos con el gobierno, cuando ni son representantes populares ni son elegidos por el pueblo.
Es en este entorno, en donde el autogobierno es ilegal (pero necesario) y donde limitados por leyes hechas a modo por diputados y senadores que en su mayoría sirven a los partidos políticos, aparece como una bocanada de aire fresco, la propuesta de AMLO hecha a los padres de los estudiantes de Ayotzinapa asesinados: “Uds. propongan los funcionarios”… No es AMLO santo de mi devoción, pero si es su propuesta una luz al final del túnel que permitiría salir de la obscuridad mediante un híbrido político: Tu partido pon el candidato, yo pueblo pongo los funcionarios que me gobernarán.
Permanentemente mi propuesta sobre temas electorales ha sido: “No votes por los partidos, vota por el mejor candidato”; solo así entenderán los partidos que, o ponen buenos candidatos o pierden elecciones; hoy esa propuesta la veo enriquecida con la promesa de AMLO: “Uds. pongan los funcionarios. Así, lo ideal, en mi opinión sería: Votar por el mejor candidato, siempre y cuando se comprometa a respetar la voluntad popular a la hora de dar chamba a funcionarios, para así poder garantizar lo que hoy es solo un mito de la democracia: El gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador