La opción
La imagen macabra recorrió el mundo el 14 de julio de 2009: doce cadáveres apilados a la orilla de la autopista siglo XXI, en el cruce hacia La Huacana, once hombres y una mujer con huellas de haber sido torturados; se supo después que eran policías federales que habían sido habilitados como estudiantes del Centro Regional de Educación Normal (CREN) de Arteaga, para realizar labores de inteligencia; fueron descubiertos y su destino fue trágico.
Dos días después, el 16 de julio, los televidentes del programa “Voz y Solución” de CB Televisión escucharon una llamada que salió al aire, era Servando Gómez Martínez, “La Tuta” para quejarse de que únicamente se atacaba a miembros de su organización, la “Familia Michoacana”, y que el gobierno federal tenía un trato preferente para los “Zetas”, al tiempo que externaba respeto para el presidente la República, el Ejército y la Marina; pidió que lo agarraran a él no a sus hermanos o a su hijo, que recientemente había sido capturado y propuso llegar a un pacto nacional entre el Estado mexicano y los grupos criminales.
No pasó un mes, cuando volvió a llamar a otro medio televisivo, Milenio TV León, para pedir al Congreso de la Unión interviniera para encontrar la manera de dialogar para que cesara la violencia en Michoacán; aceptó haber atacado a la corporación federal porque ellos andaban sobre la “Familia Michoacana” coluditos con los “Zetas”. Justificó la existencia de la “Familia” como una necesidad para impedir que entraran al estado los “Zetas”. En la misma entrevista, Servando Gómez asumió la defensa de Julio Cesar Godoy Toscano, medio hermano del entonces gobernador de Michoacán Leonel Godoy, asegurando que no tenía nada que ver con el grupo criminal. Un audio dado a conocer en octubre del año siguiente por Carlos Puig en W Radio, reveló lo contrario, entre Julio Cesar Godoy y “La Tuta” había incluso camaradería.
A partir de sus apariciones en medios“La Tuta” adquirió notoriedad; maestro egresado del CREN, se corroboró que todavía cobraba en la nóminas de la Secretaría de Educación estatal en diciembre de 2010. En sus años de estudiante participó en las movilizaciones que realizaban los normalistas en el estado; el ex director del Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN), Guillermo Valdés Castellanos afirma que “La Tuta conocía las estrategias de penetración social de la izquierda; las tácticas de lucha guerrillera […] y las formas de sobrevivir en la clandestinidad. La mezcla de pensamiento y prácticas de secta religiosa con las de la guerrilla, le dieron a La Familia un perfil muy especial, pues ambas tradiciones manejan un lenguaje de ‘liberación’ […] al mismo tiempo fundamentan la solidez de la organización implementando la relación muy estrecha con un sector de la población, es decir la construcción de una base social que los defienda y en la cual fundirse y esconderse” (Historia del Narcotráfico en México. Editorial Aguilar, México, 2013, p. 269).
“La Tuta” entendió que había políticos michoacanos urgidos de recursos con tal de ganar las elecciones. Por un lado hubo intimidación, fueron asesinados directores de las policías, y fueron acribillados alcaldes; por el otro hubo dinero para las campañas, apoyos que a la larga se tradujeron en el manejo de las policías municipales, las direcciones de obras públicas y, en varios casos, las tesorerías. A “La Tuta” después lo buscaban quienes ejercían el poder.
Formas de lucha de la izquierda fueron replicadas por “La Tuta”. Manifestaciones de comerciantes, colonos y transportistas llevados por la fuerza, se hicieron cotidianas en la tierra caliente e incluso llegaron a efectuarse en la capital del Estado, para exigir la salida de las fuerzas federales de Michoacán. También, impulsó una organización llamada “Michoacán, Paz y Dignidad”, que dio conferencias de prensa e incluso entró a dialogar con los Senadores en la propia sede de la Cámara Alta en la ciudad de México.
Y “La Tuta” sumo a todo lo anterior la comunicación. “La Tuta” empezó a aprovechar las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, grababa videos y los subía a internet; vino luego la ruptura entre el “Chango” Méndez y Nazario Moreno “El Chayo”, que dio paso al surgimiento de los “Caballeros Templarios” con los que “La Tuta” se alineó. Llegó a aparecer con las efigies de “San Nazario”, junto a Pancho Villa y el “Ché” Guevara.
Sus videos se volvieron virales al ser reproducidos en las redes sociales; más tarde prominentes figuras de la clase política michoacana aparecerían departiendo amigablemente con él.
Con todos los excesos que cometió Alfredo Castillo, sí tuvo un logro: desarticular la estructura de los “Caballeros Templarios”, sin embargo minimizó a Servando Gómez Martínez y dijo que su captura ya no tenía trascendencia.
Sin dejar de reconocer que la captura de “La Tuta” constituye un duro golpe al crimen organizado, se observa que la tranquilidad no llegará pronto a la Tierra Caliente michoacana, “Los Viagra”, grupo al que cobijó el ex Comisionado, se fortalecieron luego de ser incorporados a la Fuerza Rural. El ex obispo de Apatzingán, Miguel Patiño, en charla con quien esto escribe, señaló que se atomizaron los grupos delictivos, ahora hay muchos chiquitos, y no se sabe quien es quien.