La inconformidad por el agua crece
Si tuviera que escoger la materia más importante en el Bachillerato, escogería la de emprendedores; curiosamente,… no es obligatoria.
El alumno de bachillerato tiene dos alternativas, como el soldado chino; una, estudiar para ser empleado dentro de un modelo que por definición nos lleva a la explotación a través del trabajo subordinado; es decir, a ser empleado, obrero, asalariado, trabajador o esclavo. La segunda es estudiar para ser un hombre (o mujer) libre que, con los conocimientos y su libertad, aprovechando lo que el mundo, las reglas sociales de su presente y realidad y la vida le ofrecen, pueda emprender tareas, trabajos o proyectos que le permitan vivir siendo su propio patrón, dueño, empleador o jefe… ¡No tengo duda!, si pudiera influir en mis hijos, me gustaría para todos el segundo camino a partir de varias consideraciones: la primera y esencial, es que, estoy convencido: el ser humano solo puede alcanzar su plenitud y por ende la felicidad, siendo libre; pero hay más, por ejemplo, la satisfacción vivencial de hacer lo que uno quiere o lo que a uno le gusta, prácticamente imposible si se es asalariado; y ni que decir del manejo del tiempo, de la libertad de decidir día con día y a cada momento, que hacer, cuando hacerlo y cómo hacerlo, sin tener un patrón que encima de uno esté jeringando al imponernos los horarios y las actividades a realizar de acuerdo a sus intereses, porque para eso nos paga ¡Para obedecer!
Con esto en mente; podríamos entonces entender el por qué los jóvenes abandonan la escuela cuando esta no le ofrece un camino verdadero para alcanzar su metas, aspiraciones u objetivos de vida; lo que debería llevarnos de manera natural a concluir que un factor, hoy no considerado en el modelo educativo, debe ser el que nuestros jóvenes no solo escuchen, sino que entiendan y perciban que estudiar les va a dar como resultado una mejor calidad de vida; la que sin duda encontrarán a medias o de plano no encontraran en el trabajo subordinado.
Surge aquí otra pregunta: ¿Cómo hacer para que nuestros jóvenes perciban que la escuela les conduce a una mejor vida, si no saben cómo se debe vivir? ¡Bueno!, en mi opinión esta debería ser una enseñanza en la casa, de los padres, de la familia, de la comunidad ¡Pero seamos realistas!; la mayoría de nuestros padres y madres de familia no están preparados para educar a sus hijos, los futuros ciudadanos de México y hoy, la comunidad o el sentido de vida comunitaria y de mutuo apoyo por reconocernos iguales, o no funciona o de plano no existe ante los embates para inducir desde los gobiernos, a todos, a ser consumidores (Buen-FIN) y a tomar ventaja unos de otros para sobrevivir, bajo el argumento de competitividad, antes de enseñarnos a ser personas, amigos, parientes y/o vecinos que colaboran, se apoyan y se ayudan; lo que nos enfrenta y confronta…
Por lo expresado, deberíamos tener como respuesta obligada, que, desde el kínder, pasando por la primaria y la secundaria, los programas de educación pública deberían tener dentro de sus objetivos, enseñar a vivir a nuestros niños. Enseñarles a: ¿que buscar y como vivir?, para, en concordancia con su propia naturaleza humana y projimal, alcanzar la plenitud y la felicidad y así poder construir una sociedad sana… Primer paso: ¡Seamos emprendedores! ¡Así de sencillo!