Poder y dinero
Dios sabe todo, conoce los secretos de una vida bien realizada y feliz. El busca encontrarte para revelarte a Jesucristo, que vino a volverte a Dios y al cielo.
En tu vida. Juan es un muchacho que se cree católico. Fue bautizado y asiste a misa el domingo porque obliga. Dios no es nadie para él, su vida está vacía de Dios. Pasa la vida y él no cambia nada.
¿Creen ustedes que hay católico que pasan toda su vida sin haber hecho una experiencia personal de encuentro con Dios. Su fe es una tradición sin vida, vacía de Dios.
Dios habla. Dios es antes que tú, te creó, te orientó a él. Todo viene de él, depende de él. Su providencia guía tu vida con sabiduría hasta la meta final.
Por eso, le suplicamos: “concédenos amar lo que nos mandas y anhelar lo que nos prometes… para que pueda encontrar nuestro corazón la felicidad verdadera”.
Dios se va revelando progresivamente a lo largo de la historia. Va descubriendo quién es y qué planes tiene para los hombres y sus criaturas.
En el momento decisivo de la historia de la salvación, cuando los tiempos se cumplen, él mismo se viene a vivir con nosotros en Cristo.
Es una experiencia rica, divina, él te concede vivirla, es un regalo de él.
Cristo afirma que para tener la experiencia de Cristo y vivir una gran amistad con él, hace falta que el Padre lo conceda.
Como a Pedro, eso te lo revela tu Padre qué está en el cielo. Es afortunada la persona que vive la experiencia. Te felicito, eres afortunado, dice Jesús.
Para creer en Jesús, para ser católico, necesitas esa experiencia original, fundamental. La capacidad se te da desde el bautismo, pero es necesario hacerla una realidad viviendo un encuentro que te hace amigo de Dios. Entras en una relación del más grande amor.
De ahí arranca la experiencia cristiana, una amistad apasionante con Dios que transforma la vida, el da un sentido extraordinario que termina en un sueño de amor en el paraíso soñado, en la herencia infinita.
¿Cuándo vas a encontrar a Dios? ¿Qué tienes que hacer?
Déjalo entrar en tu vida. Deja una fe chiquita, sin Dios. No te reduzcan a la obligación de oír misa los domingos, y hacer algunas prácticas estériles.
Haz de tu fe el negocio de tu vida. Dale algo significativo, que te cueste. No tengas una fe al margen de tu vida.
Haz grandes obras para buscar a Dios, el más grande negocio, el premio gordo de la lotería. Dale mucho tiempo, el fin de semana, una hora todos los días para la misa.
Hay experiencias en la Iglesia en las que Cristo se aparece, sale al encuentro en persona, no en imágenes. El encuentro es real no cuento o alucinación. Así la Experiencia de Dios del P. Larrañaga, los cursillos de cristiandad, los encuentros para parejas, los encuentros con Cristo para adolescentes.
Dios se manifiesta en la hora santa con increíble dulzura, en las pequeñas comunidades que estudian la Palabra. Se manifiesta en la visita al Sagrario con mucho tiempo.
No buscamos a Dios, llegamos tarde a misa y salimos corriendo, no le damos la oportunidad de mostrarse.
El Señor te espera, tiene tanta riqueza, tanta dulzura, es como un lago profundo, sin fondo, cristalino, de tesoros escondidos y sorpresas. Para volver loco de felicidad.
Vive intensamente. Sal de una fe tradicional, sin vida, toma en serio a Dios. Pidele la experiencia, deséala. Comienza una vida nueva en tu fe. Da el gran paso, haz esa actividad que te permite el encuentro.
Cristo con nosotros. Cristo está aquí, no lo dejen llamando a la puerta, no te enconches, ábrete a su acción, hazte vulnerable. Acepta el alimento de su cuerpo y su sangre.
Para comentar en familia.¿Dios se puede aparecer en tu familia? ¿Cómo se van a organizar para su aparición