Poder y dinero
Venderle a China ha pasado de ser una oportunidad a ser una realidad en términos de poder adquisitivo por parte de una clase media-alta compuesta por más de 300 millones de personas, casi la población total de Estados Unidos de Norteamérica. Esa clase media-alta, que posee un vehículo y un departamento en las zonas urbanas de Shanghai, Wenzhou, Hangzhou, Shenzhen, Beijing, Hong Kong, entre otras, se encuentra ávida de sabores, tendencias, texturas y pertenencia occidentales por la sencilla razón de que ha crecido limitada históricamente en sus decisiones y tendencias de libertad de consumo. Ese poder adquisitivo se traduce en una demanda exponencial de productos en especial los alimentos y bebidas.
México y China viven un excelente momento en sus relaciones bilaterales. A partir de los acuerdos generados en el marco de las visitas recíprocas al más alto nivel entre los mandatarios Enrique Peña Nieto y Xi Jinping y el seguimiento otorgado por parte de los Secretarios de Agricultura de ambas naciones, han tenido como consecuencia la suscripción del protocolo fitosanitario que regula el ingreso de las frutillas mexicanas fresa, arándano, mora azul, frambuesa y zarzamora al mercado chino. Con este protocolo, las frutillas se unen al aguacate, manzana, pera, carne de res, carne de cerdo y uva de mesa como productos mexicanos que pueden ingresar a ese mercado de consumo medio alto chino que ya ha dejado de ser una oportunidad para ser una realidad.
Las gobiernos de ambas naciones han mostrado proactividad para impulsar una industria que en el año 2013 tuvo un volumen de producción de 464 mil 977 toneladas, con un valor de 800 millones de dólares (Datos de Aneberries) y en donde nuestro Estado de Michoacán juega un papel preponderante en su producción que junto con Jalisco son líderes nacionales en la producción de frutillas las cuales el 90% se exportan a Estados Unidos y a Canadá. Con este volumen de exportación a los vecinos países del norte, la poderosa industria en Michoacán localizada en Los Reyes, Zamora, Jacona, Tangancícuaro y alrededores se encuentran en una zona de confort y control que si bien genera amplias utilidades, está impidiendo una visión a futuro y mucho más promisoria.
Esta apertura de mercado tendrá un impulso inusitado y debería desencadenar una nueva forma en que esta industria concibe nuevos modelos de negocio, sin embargo, a lo largo de nuestra experiencia profesional de enlace comercial entre México y China, nos hemos encontrado con varios componentesque lamentablemente impiden la consolidación del interés por exportar frutillas hacia China, ya sea por desconocimiento, capacidad de producción, pero principalmente por comodidad, ya que las principales procesadoras de alimentos de la región, con capacidad, certificaciones y estándares internacionales y volúmenes, ya cuentan con sólidos compromisos lo que les impide diseñar nuevos modelos de negocio para aumentar sus capacidades para satisfacer la consecuente necesidad y requerimiento de un mercado como el chino.
Será necesario que una vez oficializada la apertura del mercado chino para las frutillas mexicanas, las grandes empresas exportadoras en Michoacán, conciban esta apertura como una oportunidad real de crecimiento no sólo para sus corporaciones, sino como un detonante de desarrollo regional impulsado por la generación de divisas producto de la exportación de un excelente producto al enorme mercado del gigante asiático.
LRI. Juan Carlos Vega Solórzano
Analista Internacional