Monitorearán ruido por pirotecnia en show de luces de Catedral de Morelia
MORELIA, Mich., 5 de marzo de 2015.- A pesar de que la Central de Abastos de Morelia es el abastecimiento comercial más grande e importante de la capital michoacana, los comerciantes que la comprenden cumplen con sus funciones aquejados por la inseguridad y deficiencias en los servicios de agua y luz.
Según testimonios recabados por la agencia Quadratín, semanalmente son aproximadamente tres robos a bodegas los que se presentan; y cerca de un 30 por ciento de comerciantes carecen del servicio de agua.
Ante esta situación, gran parte de los dueños de las bodegas en la Central de Abastos dijeron sentirse desprotegidos por parte de las autoridades del municipio y aunque reconocieron que las condiciones en materia de seguridad han mejorado relativamente, temen un nuevo brote delincuencial que ponga en riesgo su operatividad comercial.
Respecto a las deficiencias en servicios, los comerciantes se han visto en la obligación de tener que contratas pipas de agua, lo cual les genera un costo de 300 pesos semanales; mientras que en el caso de la luz, la gran mayoría manifestaron sentirse cómodos con el servicio prestado.
La señora Carmen Castro García, quien es dueña de un local, señaló que tras la incidencia delictiva que se presenta en la Central de Abastos, ha optado por no exponer productos fuera de su establecimiento, al indicar que diariamente le robaban en pequeñas proporciones, pero por la constancia de esto, sus ganancias se veían mermadas de manera considerable.
El señor David Velázquez reconoció que las condiciones de seguridad han mejorado para el sector comercial en la Central de Abastos, sin embargo, argumentó que se siguen presentando robos con frecuencia en la zona.
Cuestionado sobre en qué condiciones se encuentran los servicios de luz y agua, el señor David, quien es dueño de uno de los locales de la Central de Abastos, señaló que el servicio de agua es ineficiente, por lo que constantemente tiene que contratar pipas, las cuales le generan un costo de 300 pesos.
Por otra parte reseñó que a mediados de 2014 los comerciantes padecían de secuestros, extorsiones y robos a bodegas y por esta razón muchos se veían en la necesidad de pagar cuotas al crimen organizado para evitar ser amedrentados.
Sobre este sentido, Gonzalo Paz Torres argumentó que los comerciantes se veían obligados a pagar cuotas de entre mil y cuatro mil pesos mensuales y especificó que los amedrentadores pertenecían al grupo delincuencial de los Caballeros Templarios.
Señaló que las extorsiones desaparecieron desde hace más de un año, sin embargo, indicó que los secuestros prevalecen, y argumentó que el último de estos se presentó a principios de 2015.
Gonzalo Paz resaltó que semanalmente se presentan cerca de dos o tres robos a bodegas y lamentó que exista omisión por parte de las autoridades al respecto.
En el caso de la eficiencia de los servicios de agua y luz, de igual manera señaló que el agua es un constante problema para los comerciantes y, por ello, muchos se ven en la necesidad de contratar servicios particulares.
Junto a estos testimonios, una decena más coincidió en que si bien las condiciones en seguridad han mejorado, los índices delictivos siguen siendo alarmantes tanto para los comerciantes como para los ciudadanos que acuden con frecuencia a la Central de Abastos a realizar compras, por lo que el sector comercial exige de manera emergente a las autoridades del municipio una respuesta a su problemática.