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MORELIA, Mich., 5 de diciembre de 2013.- A un año de gestión del presidente Enrique Peña Nieto en México, el panorama criminal del país es, en gran medida, el mismo que antes de su ascenso al poder, aunque algunas modificaciones sugieren cambios tanto en el gobierno como en los grupos criminales, destaca un amplio análisis que publica este jueves el portal especializado In Sight Crime.
Sin embargo, destaca el portal estadounidense, “algunos de esos cambios son más cosméticos que reales, y la política de utilizar a las fuerzas armadas para apagar focos criminales continúa sin disminuir”.
“Como consecuencia de esos cambios o de otros factores independientes, la realidad es que los grupos del crimen organizado también una serie de cambios sutiles que los hace diferentes”, advierte.
Para In Sight Crime, la diferencia más notable entre las administraciones de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto en materia de seguridad tiene más que ver con su política de comunicación social, pues el estilo beligerante y promocional del primero “ha sido mucho más moderado. Los comunicados escandalosos y la retórica belicosa se han reducido bastante y ninguno de los funcionarios de seguridad actuales tiene el perfil de García Luna”.
El éxito de ese enfoque de comunicación social en la lucha contra el crimen ha dado resultados, pero en un ámbito muy distinto al que los mexicanos esperan, y, por ello, “los titulares de la prensa internacional que detallaban el derramamiento de sangre en México, y que alimentaban la percepción de estado fallido casi han desaparecido”, destaca el portal estadounidense especializado en temas de seguridad.
La agresiva imagen de un “Eliot Ness” a la mexicana que alimentó Felipe Calderón dio paso a un liderazgo más moderado y “enfocado en sus esfuerzos de reforma”, pero la política de seguridad es esencialmente la misma.
Continúa la estrategia de utilizar a las fuerzas armadas en las áreas con problemas de crimen organizado. “El Ejército y la Marina se extienden por todo el país, incluso en los mismos lugares en los que Calderón los envió a principios de su administración. Muchos ex oficiales militares continúan dirigiendo las policías locales”.
El portal estadounidense destaca que el mayor éxito de la política de seguridad del presidente Peña Nieto es la reducción de 15 por ciento en homicidios. Sin embargo, destaca el rápido crecimiento del secuestro y la extorsión.
Otro de las modificaciones relevantes de la escena de la seguridad en México, es la redistribución geográfica de la violencia, pues mientras en la administración de Felipe Calderón la violencia se concentró en el norte, en la de Peña Nieto se abrieron los frentes del centro, el occidente y partes de sur del país.
Para In Sight Crime, la explosión de la violencia en Michoacán se ha convertido en la crisis de seguridad más alarmante que ha vivido el Estado Mexicano en los últimos 15 años, “aunque ello es producto de un gobierno disfuncional que de la estratosférica tasa de homicidios”, asegura.
“Michoacán es el hogar de los más importantes grupos de auto defensa que han surgido en los últimos años, alimentados por la legitimidad del gobierno, añadiendo un nuevo elemento de incertidumbre a la situación. Las organizaciones locales de delincuentes, violentamente opuestas a las autodefensas, han desarrollado tácticas cada vez más lesivas para mantener el control territorial, lo que implica bloqueos de alimentos y abastecimiento a las comunidades vinculadas con los grupos de autodefensa”.
Dados los problemas que enfrenta Michoacán, no es sorprendente que la organización delincuencial dominante en la entidad sea percibida como la mayor amenaza del bajo mundo del país, destaca el portal.
Sin embargo, señala, “pese a que el grupo tiene alcances regionales limitados y ha mostrado poco interés en la estrategia de expansión agresiva que genera espirales de violencia, cuenta con una sorprendente capacidad para afectar a la sociedad civil y penetrar las instituciones gubernamentales”, advierte In Sight Crime.