El trabajo de las madres merece ser honrado: Fer Álvarez
MORELIA, Mich., 24 de septiembre de 2012.- La escena sería normal en la Europa del siglo IX: monjes de sotana parda y monjas de hábito azul vigilan a niños que juegan a la sombra de una capilla amurallada. Pero esto es México en el nuevo milenio y el escenario es la Nueva Jerusalén cuyo entorno no tiene nada de normal. Aquí no hay bebés y la educación concluye cuando los menores aprenden a leer y escribir y a los niños se les prepara para “servir a la virgen”. No hace falta más, porque se acaba el mundo.Su fin se produciría en un Apocalipsis de fuego cuando terminara el pasado milenio, afirmaban los habitantes de ese enclave michoacano, pero no pasó nada. Sólo quienes habitan la ‘Tierra Santa’ de este fértil valle balcón de Tierra Caliente, serán salvados por una Virgen María que les indicará el camino hacia una nueva fase de la existencia, retrocediendo en el tiempo.En este especial poblado, sus autoridades religiosas impusieron reglas para asegurar que únicamente los más puros disfruten de los beneficios. Decenas de personas fueron expulsadas por cometer violaciones al culto local: despertarse tarde, faltar a misa o usar maquillaje. La mayoría de los desterrados se instaló en las afueras del pueblo con la esperanza de estar cerca de la salvación.La línea que divide adentro de afuera es clara. Portones metálicos cerrados con cadenas bloquean el único camino de acceso al poblado que es vigilado por guardias las 24 horas del día. Un letrero manuscrito explica las reglas para los habitantes, llamados ‘vivientes’: “Prohibidas las citas. Prohibidas las drogas y el alcohol. Prohibido el maquillaje”. Hay otros vetos: tener y ver televisión y radio.Todos los miembros de la comunidad deben asistir a los servicios religiosos -hasta cuatro por día-, a partir de las 4 de la mañana. Todos deben realizar una semana de trabajo comunitario y pedir permiso para viajar afuera. Los hombres no pueden llevar el pelo largo y las mujeres deben cubrir su cabeza con pañuelos cuyos colores, del celeste al púrpura, reflejan su jerarquía en el sistema religioso, ‘peregrinas’, ‘juanitas’, ‘cortesanas’ ‘monjas’. De igual manera, sus vestidos largos hasta los tobillos parecen una mezcla de la vestimenta indígena y la europea medieval.La Nueva Jerusalén comenzó en 1973 cuando Papá Nabor (Nabor Cárdenas Mejorada), párroco de Puruarán, abandonó lo que consideró los defectos del catolicismo romano moderno y fundó una religión basada en mensajes de la Virgen María que le transmitió una anciana analfabeta, Gabina Sánchez, primer vidente, que adoptó el nombre de Mamá Salomé.Para controlar a la población, Papá Nabor ideó un sistema de disciplina y vigilancia que no excluyó la coerción; con una policía que vigila, hasta la fecha, todas las acciones de los pobladores. La población se organiza por estratos: en primer lugar están los ‘consagrados’, dedicados exclusivamente al culto y atención de La Ermita, le siguen los ‘vivientes’. Ambos grupos se subdividen en 14 secciones.Todos, absolutamente todos, tienen como misión única venerar a la Virgen del Rosario y orar por la salvación de la Humanidad. Esto trae la ventaja de que por habitar en La Nueva Jerusalén están purificados y preparados para el fin del mundo, de acuerdo con las profecías de esa divinidad:Anualmente miles de personas visitan la Nueva Jerusalén en peregrinación durante Semana Santa, procedentes de diversas partes del mundo. De las limosnas de esos visitantes se mantenían Papá Nabor, su obispo auxiliar, los 35 sacerdotes y 200 monjas. Muchos peregrinos incluso se quedaron a vivir ahí, siempre y cuando cumplieran con las reglas.En su mejor época, unos 9 mil campesinos de la región y numerosos peregrinos que arribaron desde diferentes sitios de la República, como el anterior ‘vidente’”, Agapito Gómez Aguilar, se instalaron en su paraíso, y Papá Nabor, ordenó a decenas como monjes, sacerdotes y obispos.Juntos, los ‘vivientes’ recuperaron el color, las ceremonias, los ritos, la mística, la magia y el misterio de la fogosa energía apocalíptica con los que convirtieron a sus antepasados indígenas en el siglo XVI y que, en su opinión, la iglesia ha perdido. Los residentes de la Nueva Jerusalén celebran la misa en latín y retoman los ritos de exorcismo y bautismo que la Iglesia Católica abandonó hace mucho tiempo.Mediante una estricta disciplina, impuesta por voces de ultratumba que supuestamente transmiten santos videntes, los residentes construyeron en esta zona su paraíso terrenal y aquí esperan el fin del mundo, papá Nabor, sentado en una silla repujada en lámina de oro.En las pronunciadas laderas del valle, los hombres cultivan maíz y, con permiso de sus autoridades eclesiásticas, trabajan durante la zafra en el ingenio azucarero de Pedernales o como jornaleros con los productores de caña de la región. Habitan en pequeñas casas de ladrillo que bordean una pulcra calle principal, la catedral y un parque dominado por una cruz de piedra y flores banderas. Todos, observados por un retrato mural de Papa Nabor.Los residentes creen que sólo sus oraciones y su rechazo terminante al ‘modernismo y la moda’ mantendrá viva a la tierra durante 50 años más. ‘El conocimiento se ha vuelto satánico, ya no es sagrado’, dijo el vidente Agapito Gómez en febrero de 1998, quien actúa como conducto de un espíritu llamado Oscar. ‘La radio, la computadora, la televisión, todo eso es conocimiento satánico. Estamos en el fin de los tiempos, cuando todo es satánico’.Ante los vaticinios del próximo Apocalipsis, se prohibió a los residentes tener hijos: ¿qué sentido tiene, si el mundo está por terminar?Agapito Gómez Aguilar, un peregrino que llegó del estado de Hidalgo, impuso su ley ante la ausencia de Papa Nabor, quien al morir el 19 de febrero de 2008 a los 97 años de edad, tenía mermadas sus facultades físicas y mentales por el mal de Parkinson. Aprovechó su distanciamiento con el obispo auxiliar Santiago Mayor a quien expulsó de La Ermita e impulsó a Martín de Tours, a quien posesionó como supuesto heredero de papá Nabor.Tercero de una línea de videntes que se remonta a Gabina Romero, quien ya era una anciana cuando dijo haber visto a la Virgen del Rosario en este lugar en 1973, decía que hablaba con la voz del general Lázaro Cárdenas del Río.En una cinta grabada, sacada clandestinamente del pueblo, se escucha a Agapito decir que el Apocalipsis vendrá pronto. La suya era una visión muy mexicana del Apocalipsis. Con la voz de otro espíritu, Agapito nombraba a varios volcanes en actividad en el centro de México y decía: “Cuando llegue la hora, estallarán en llamas. Sobrevendrá una suerte de invierno nuclear que matará a toda la vida sobre la tierra. Enormes grietas se abrirán en torno de Nueva Jerusalén y lo aislarán del resto del mundo”. Murió el 2008, meses después que Papá Nabor.De acuerdo con el libro ‘La Virgen María en la tierra’, que se vende en la comunidad, la Virgen del Rosario se le apareció por primera vez a Gabina Sánchez viuda de Romero el 13 de junio de 1973, en el lugar denominado El Callejón, ahora conocido como La Ermita. En supuestos encuentros posteriores, le dijo a la campesina que había elegido al cura Nabor Cárdenas Mejorada para que oficiara una misa en el cerro El Mirador -al que entonces el prelado nombró Poder de Dios-, y encabezara una cruzada para salvar a la humanidad.Por supuesta decisión de la Virgen del Rosario, Nabor Cárdenas su nombrado Papá Nabor, y Gabina Sánchez, quien adoptó el nombre de María Salomé, se convirtió en la vidente oficial de la divinidad, hasta su muerte en 1982. Entonces fue relevada por María de Jesús Bautista, ‘Mamá María de Jesús’, aunque sólo tuvo estatus de portavoz y de 1989 a 2008, el vidente fue Agapito Gómez Aguilar quien heredó el cargo su hija Catalina, actual vidente. Los sacerdotes consultados explican que un vidente es quien habla con la Virgen, mientras que un portavoz es quien es poseído y encarna a la divinidad.A finales del siglo pasado, el conflicto más grave que enfrentó la Nueva Jerusalén ocurrió con la muerte de María Salomé, pues Papá Nabor, “gracias a un mensaje de la Virgen, propuso a dos candidatas” para sucederla: ‘Mamá María Margarita’ y ‘Mamá María de Jesús’. Esa candidatura dividida polarizó al pueblo y Nabor definió el conflicto al decidirse por María de Jesús.Doscientas monjas decidieron formar un convento al interior del pueblo y fueron seguidas por varios ‘vivientes’ (hombres mayores); ante esta situación, se dice que la Virgen amenazó con abandonar el pueblo si no había solución, por lo que en 1982 se expulsó a los inconformes. En noviembre de ese año, el éxodo fue masivo: casi cuatro mil de las nueve mil personas que formaban el pueblo fueron expulsadas.Como resultado, Papá Nabor endureció sus medidas de control y vigilancia dentro de La Nueva Jerusalén, y entre otras “prohibió las relaciones sexuales como una manera de desagravio, prohibición que terminará hasta el fin del mundo”. La crisis terminó con el retiro de María de Jesús al convento de La Ermita, si bien se considera que el motivo real fue que ella puso en peligro el poder de Papá Nabor, quien decidió enclaustrarla.En 1999, Papá Nabor consagró a Miguel Chávez Barrera como obispo al sacerdote de La Ermita, quien adoptó el nombre de Santiago Mayor y se convirtió en segundo en jerarquía con el beneplácito de la comunidad y del vidente Agapito Gómez Aguilar. En el 2005, a la edad de 101 años, murió el Viejo Simeón, fiel acompañante de Papá Nabor.Durante el primer lustro del nuevo milenio, se prolongaron las ausencias de Papá Nabor a causa de las enfermedades naturales de su avanzada edad. Agapito Gómez, el vidente, comenzó a imponer su ley y para su protección formó la Guardia Celestial, integrada por individuos que se involucraron en el homicidio de Bartola Cruz en mayo del 2005, quien pretendió defender a su familia.Resultado de ese enfrentamiento fue el encarcelamiento de dos integrantes de la Guardia Celestial: Federico Rodríguez y Leonardo Jiménez. Ambos fueron sentenciados a 20 años de prisión, sin embargo, aunque Agapito Gómez resultó exonerado, sobre él cayeron acusaciones y denuncias por violación sexual a jovencitas de la comunidad.La actitud dictatorial que asumió Agapito en la Nueva Jerusalén, provocó fricciones con Santiago Mayor, quien seguido de una treintena de sacerdotes y cientos de familias y ‘vivientes’, intentó hacer valer su jerarquía. De nuevo, esa situación derivó en la polarización del pueblo a tal grado que Santiago Mayor y sus seguidores, a principios del 2007, habilitaron un domicilio particular en la comunidad como Capilla, donde comenzaron a reunirse para orar y adorar a la Virgen del Rosario.Las fricciones sufrieron una escalada hasta que Agapito Gómez, aprovechando su posición de vidente, azuzó a sus seguidores a principios de marzo del 2007, encerró a Santiago Mayor y a sus sacerdotes adeptos en la nueva Capilla y amenazó con prenderle fuego. Finalmente les dio un ultimátum de diez días para que abandonen la comunidad “o serán expulsados a golpes”.El domingo 11 de marzo, fecha en que concluía el ultimátum de Agapito Gómez, se vivió una tensa espera en la región y en la Nueva Jerusalén, que vio por primera ocasión en sus inmediaciones la presencia de personal militar. La explicación oficial atribuyó el despliegue a los patrullajes de la Operación Conjunta Michoacán. Esa medida fue suficiente para que Agapito Gómez concediera una prórroga.Dos días después, en Morelia, se reunieron el responsable de la Dirección General de Asociaciones Religiosas de la Secretaría de Gobernación, Servando García Pineda; la secretaria General de Gobierno del Estado, Guadalupe Sánchez Martínez, y el director de Gobernación local, Ignacio Ocampo Barrueta, para analizar el caso de esa comunidad, sin que trascendieran los acuerdos a que llegaron.Por su parte, los rebeldes, encabezados por Santiago Mayor, se presentaron en la Dirección General de Asociaciones Religiosas, en la ciudad de México, donde ya figuraban en la agenda de Servando García Pineda, quien había postergado la reunión en varias ocasiones. En esa ocasión sólo los recibieron funcionarios de segundo nivel a quienes entregaron un documento que se plasmaba la situación de la Nueva Jerusalén.Fue en febrero de 2008, cuando el poder de Agapito Gómez se consolida, al aislar en su lecho de muerte a Papá Nabor e impone como sucesor al sacerdote Lara Barajas, quien ase autodenomina Martín de Tours, nombre mundano de San Martín Caballero.El obispo católico de la Diócesis de Tacámbaro, José Luis Castro, reconoce el origen sacerdotal de Nabor Cárdenas Mejorada, Papá Nabor, pero no l religiosidad de La Nueva Jerusalén.En los siguientes meses se recrudece la confrontación con el grupo disidente que sigue a Santiago Mayor y el 6 de julio del 2012, por mandato de La Virgen del Rosario, a través de la vidente Catalina, ordena la demolición de la escuela oficial Vicente Guerrero, “porque la educación es cosa del diablo”.Hasta el momento, la tensión en La Nueva Jerusalén es latente y existe el temor de las autoridades estatales y federales, que de no lograr la conciliación y convivencia armónica, el fundamentalismo se desborde con fatales consecuencias.Link del video: http://www.youtube.com/watch?v=jPGLFOnhwIk