Universitarios, agentes de cambio para un futuro mejor: Investigadora
MORELIA, Mich., 12 de marzo de 2012.- En 10 años, el 50 por ciento de los niños michoacanos padecerán sobrepeso y obesidad. Para reducir el riesgo, la Sección XVIII impulsa el Programa de Escuelas Libres de Comida Chatarra, señaló Roberto Carlos Quevedo Díaz, Coordinador Académico del programa. La ingesta de comida chatarra en los menores de edad escolar se ha incrementado; la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006 reportaba un índice de sobrepeso y obesidad del 26 por ciento en niños en edad escolar, para 2011 ya era del 31 por ciento. “De continuar el ritmo, apuntó Quevedo Díaz, en 10 años la mitad de nuestros niños padecerán sobrepeso y obesidad, y en 15 años habrá una enorme cantidad de adultos jóvenes con diabetes e hipertensión”. Ante tal perspectiva no habrá sistema de salud que soporte una carga como la que se avizora, el sostenimiento del sobrepeso y la obesidad, así como de la diabetes e hipertensión serán impagables, “no solo será un asunto de impacto social, sino de impacto económico que el país no podría soportar”. En la actualidad, sólo el 68 por ciento de la población mexicana cuenta con Seguridad Social; el 30 por ciento de la población no cuenta con ningún servicio, “tendrán que pagar, de manera particular, su enfermedad les resultará insostenible”. Por ello, la Sección XVIII impulsa, desde hace cuatro años, el Programa de Escuelas Libres de Comida Chatarra; es muy diferente a la supuesta estrategia nacional para combatir el sobrepeso, “el Gobierno Federal tiene medidas a nivel central: reglamenta la venta de comida chatarra en las escuelas y se reúne con directivos para orientarlos acerca de estas prohibiciones”. Tal estrategia, consideró, es insuficiente; a quienes se tiene que capacitar y orientar es a los niños y padres de familia, “no es un asunto de normas, se requiere un proceso educativo que enseñe buenos hábitos alimentarios, que es lo que impulsamos nosotros”. Desde la llegada de Jorge Cázares Torres a la Secretaría General de la Sección XVIII, el programa tomó un giro importante; se implementó un equipo técnico para darle seguimiento, lo que permitió la elaboración del Cuaderno #1 del programa, “en el cual además de explicar los fundamentos, también brinda un listado de menús saludables que pretende ser una guía de lo que sí se puede ofrecer a los niños en las escuelas”. Al momento se han sumado 157 escuelas. “No es obligatorio; las escuelas son las que deciden sumarse”. El principal obstáculo para sumar escuelas son los recursos que muchas empresas trasnacionales brindan a cambio de vender sus productos en las cooperativas escolares. Se trata de un problema complejo, ante la falta de recursos para subsanar las necesidades de las escuelas, necesitan obtenerlos de algún lado; “no los tendrían si eliminan la venta de comida chatarra en sus cooperativas”. Por ello, el programa no propone que se eliminen en todas las cooperativas escolares; más bien que se dé otra opción a los niños a fin de que las familias, después de conocer el programa, quieran mejorar sus hábitos alimenticios, “que sigan vendiendo esos productos si las escuelas quieren, pero que también deben ofrecer productos sanos”. El equipo técnico del programa cuenta con nutriólogos, doctores, psicólogos y otros especialistas que diagnostican a cada niño y hacen un seguimiento de su estado nutricional, “las escuelas trabajan, orientadas por nosotros, en un plan de acción para erradicar poco a poco la comida chatarra”. “También capacitamos a los padres de familia sobre cómo es que deben preparar los alimentos en sus casas, puesto que las investigaciones demuestran que no es la escuela la causante del sobrepeso y obesidad, en realidad el asunto viene desde casa”. El programa también enfrenta la falta de apoyo gubernamental; “aunque en el dicho han comprometido recursos para su operación, en los hechos no hemos recibido ni un peso; sostenerlo queda completamente a cargo del sindicato. Ha tenido que hacer un esfuerzo extraordinario para que sobreviva, además de que deben más de un año de sueldo a los especialistas”. Además, las escuelas libres de alimentos chatarra enfrentan otro problema: los ambulantes que se establecen fuera de sus instalaciones; ellos venden comida chatarra, pese a que, hace tiempo, la SEE solicitó su retiro; si el Ayuntamiento no actúa de manera clara, no se logrará mucho al respecto. Quevedo Díaz hizo un llamado a los maestros y padres de familia para que se acerquen al programa, en las oficinas de la calle Aristeo Mercado 754 de la colonia Nueva Chapultepec, o bien al celular 443 1 37 66 97, “hay que recordar que el asunto de sobrepeso no es estético, es un problema de fondo, se trata d la calidad de vida que tendrán nuestros hijos”.Cifras3 millones 045 mil 726 michoacanos padecen obesidad y sobrepeso.La población infantil representa el 70 por ciento del total.El consumo de frutas y verduras ha disminuido el 30 por ciento en los últimos 14 años.Michoacán es uno de los 10 estados más obesos del país.En menores de 5 años la obesidad afecta al 7.1 por ciento.De 5 a 11 años afecta al 22.4 por ciento.De 11 a 19 años la afectación es de 34 por ciento.